El cooperativismo es sinónimo de “la unión hace la fuerza”, pues
significa trabajo en equipo, bajo los principios de la solidaridad y ayuda
mutua que se usan para la consecución de un fin común y para el beneficio de
todos los asociados. Una de las primeras
experiencias del sistema de trabajo cooperativo fue la “Sociedad Equitativa de los Pioneros de Rochdale” (Reino Unido), un grupo
de artesanos y textileros que se agruparon para administrar una sencilla tienda
durante la revolución industrial, respondiendo con éxito a la crisis que los
empujaba a situaciones de pobreza.
En el Perú, la iniciativa solidaria de trabajo en conjunto es aplaudida
por incluir en la economía a grupos no favorecidos por las leyes del libre
mercado, tal es así que el ex presidente Fernando Belaunde Terry, promulga la
primera Ley General de Cooperativas Nº 15260 en el año 1964. En esa norma se
señala al cooperativismo como un sistema eficaz para el desarrollo económico y
social y para el fortalecimiento de la democracia al contribuir al desarrollo
económico, social y cultural de sus socios y el país. En esa misma ley se instaura
el 14 de diciembre como el “Día del Cooperativismo Peruano”.
Desde entonces el movimiento cooperativo en el Perú ha significado una
estrategia innovadora, solidaria e inclusiva de la lucha contra la pobreza y
una respuesta novedosa frente a la crisis, a pesar de no haber contado con las
políticas públicas que favorezcan su desarrollo. Muestra del éxito que ha
alcanzado son las numerosas cooperativas constituidas en los distintos sectores
económicos y las distinciones recibidas, como es el caso de la Cooperativa Atahualpa
Jerusalén “Granja Porcón” de Cajamarca, Cooperativa El Naranjillo, Cooperativa
Educoop, Cooperativa Abaco, entre otras. La importancia que va cobrando el
sistema cooperativo dentro de la economía peruana se va desarrollando
notablemente.
Por otro lado, tenemos a la educación como uno de los pilares para el
desarrollo y difusión del movimiento cooperativo, pues este exige a sus
asociados la adopción de su filosofía de vida, principios y valores, que se
adquieren principalmente con los agentes de socializadores: familia y escuela,
y que deben ser promovidos a través de programas de educación cooperativa.
Entonces, el cooperativismo tiene en la educación peruana a una aliada
estratégica para su fomento y desarrollo.
Desde esta perspectiva, el cooperativismo
promueve la educación emprendedora en sus diversas facetas, que por cierto son
apoyadas por la industria microfinanciera del país. Para algunos hay razones
para no creer en el cooperativismo por el fracaso de los años noventa, pero
también es real que la sobrevivencia de cientos de instituciones, garantiza el
éxito de muchas cooperativas. Sólo en los ámbitos de la cooperativas de ahorro
y crédito, de vivienda y especiales, éstas han demostrado su competitividad
empresarial de muchas maneras.
Por esa razón, cooperativismo e industria
microfinanciera son sinónimo de desarrollo social y emprendimientos. Son
herramientas claves para impulsar el desarrollo social de las instituciones y
el bienestar personal de los peruanos. Además,
ambos conceptos en el mundo de la economía son consideradas como las nuevas
finanzas populares y solidarias.
No hay comentarios:
Publicar un comentario